Cada moto es una obra de arte, porque ha sido desmontada como un puzzle, cada pieza de nuevo en su sitio y ha vuelto a renacer la esencia, su función y su belleza.

Aquí se muestra una selección de algunas de las más de 200 motos restauradas.

La restauración es una tarea lenta, metódica, detallista y… apasionante. Así lo he vivido, desde la primera hasta la última.
Ciertas unidades representaron un verdadero reto, no sólo por su estado (algunas en desguace) al recibir el encargo de un coleccionista o amigo, sino porque eran modelos únicos e irrepetibles, piezas de la historia del motociclismo.
Cada moto ha pasado por el proceso más adecuado en su caso, y ha representado un elaborado trabajo que abarca desde la recuperación del estado original, pasando por la fabricación artesanal de piezas ya inexistentes en el mercado, hasta el detalle más pequeño que merecía cada uno de los modelos.
El verdadero trabajo no se aprecia a simple vista.
JMCB